miércoles, 20 de agosto de 2008

Adictos del Amor

El amor como adicción

. ¿Te considerás adicto al amor?
. ¿Crees que tu vida sería más soportable con una relación que sin ella?
. ¿Sentís que tu vida no tiene sentido sin una relación?
. Estás en una relación que te hace mal pero no podés terminarla?
. Intentaste dejar de ver a esa persona y no lo conseguiste?
. Esta relación afecta otros aspectos de tu vida como el trabajo y la familia?
. Pensás que repetiste este patrón de adicción en otras relaciones del pasado?

Responder afirmativamente a alguna de estas preguntas indica que es posible que presenten algún grado de adicción al amor.

La ciencia confirmó que el amor puede disparar mecanismos de adicción tan graves como cualquier otro, ya que las adicciones no son sólo a sustancias, sino que se puede ser adicto a los vínculos, compulsiva y destructivamente. Cuando uno se da cuenta que está metido en una relación adictiva que no lo beneficia, puede hacer dos cosas: lo dejás ir aceptando que no es para vos o te quedás, ilusionada en que todo será como antes.

Este tipo de relaciones se caracterizan por ser dramáticas, llenas de excitación, sufrimiento, reconciliaciones y un alto grado de erotismo. El esfuerzo por complacer al otro se centra en lo sexual, utilizado para tapar carencias afectivas como la necesidad de ser protegido y valorado. Las personas adictas al amor se sienten atraídas hacia personas inadecuadas para formar una pareja sana. Por ejemplo, eligen individuos incapaces de comprometerse afectivamente, personas emocionalmente inaccesibles. Interpretan estos comportamientos como señales de que la persona está necesitada e intentan ayudarlo, salvarlo, curarlo o cambiarlo con el poder de su amor. Por lo general los adictos al amor se enganchan con personas narcisistas, manipuladoras y evitadoras.
Una relación es adictiva cuando nos produce daño, perjudica nuestra salud física y emocional y nosotros no podemos librarnos de ella.
La autoestima queda destrozada y la salud se deteriora mientras la dependencia se hace mayor y mas nociva. Estos vínculos también alteran los estados de ánimo ya que requieren tanta energía que nos ponen en un nivel de alerta, vigilancia y tensión.

Cómo reconocemos a una persona adicta al amor:
.Trabajan de más, cuidan de más, entienden de más...
.Experimentan sufrimiento, depresión o agotamiento crónico, por el esfuerzo de intentar cambiar al otro mas el vaciamiento de la propia identidad.
.Concentran su energía en resolver los problemas del otro o aliviar su dolor: darle el gusto, protegerlos o manipularlos para que haga las cosas a su manera; compartir sus hobbies e intereses, no provocar su enojo, ni rechazo, involucrarse por más que se achique su círculo social.
..Se va enfermando ya que las relaciones tóxicas generan una variada gama de síntomas físicos y psíquicos que triplican las posibilidades de alterar el sistema inmune.
.Se ponen en una posición de víctimas ya que sacrifican su propia felicidad. Realizan todo tipo de sacrificios personales, postergándose a sí mismos y a sus propios intereses con tal de ayudar al otro.
.Cuanto más problemático, difícil e imposible sea el lazo, mayor es la atracción.
.Destacan lo bueno y ocultan lo malo de la relación, frente a sí mismos y los otros.
.Si la pareja no funciona ellos se echan la culpa por el fracaso, ellos son los que fallan y tienen que esforzarse más.
.Sienten pánico al abandono y por ese motivo hacen cualquier cosa para evitar que la relación se termine.

Existen dos clases de personas adictas: unas buscan en toda relación alcanzar un ideal, sin tomar en cuenta realmente quién es la persona que está a su lado. Otras se entregan a una relación o a una persona en particular. El amor se confunde con algo que podríamos llamar obsesión, puede estar dirigido a alguien particular, a una serie de hombres y mujeres o la búsqueda de una pareja.

Un adicto al amor no soporta la idea del abandono o la soledad. Entonces establece una relación enfermiza de dependencia y baja autoestima, porque la persona es en función de estar con alguien. Este miedo al abandono tiene que ver con un pobre autoconcepto de sí y de su identidad, lo que hace que se aferre a toda costa a una relación, por más mala que esta sea. Su terror al abandono la impulsa a “colgarse” en la otra persona, brindándole al otro el poder y la responsabilidad de su vida y felicidad. La relación está en el centro de su vida y repite ese patrón de conducta sin importar lo mal que le haga ya que todo es mejor que estar sola.
La raíz de todo este problema no es el amor, sino el miedo... a estar solo, al abandono, a no ser digno, ser ignorado. Según estadísticas e investigaciones las personas adictas al amor pertenecen a familias disfuncionales, familias que no satisfacen sus necesidades afectivas básicas. Son familias donde hay muchos secretos, roles rígidos, no hay libertad para expresar deseos o sentimientos, entre otros rasgos. Las personas adictas han aprendido desde su infancia, a negar sus propios sentimientos: a "lucir" bien aunque estén sufriendo, a "ayudar" a otros aunque estén vacías, a "seducir" aunque por dentro estén llenas de miedo.

Después de todo esto es bueno que les cuente que se puede terminar con este comportamiento obsesivo de ser adicta al amor. Se emplean los mismos mecanismos que para el resto de las adicciones, los grupos de ayuda. Suelen ser muy exitosos, ya que más allá de la razón y la voluntad se requiere esa fuerza suplementaria que es la contención de los otros. El objetivo es aprender a establecer vínculos sanos que nos hagan felices. Aprender caminos saludable para enfrentar el vacío, el dolor y el temor a la soledad, es parte de la respuesta para terminar con este patrón de conducta que nos hace tanto daño.

Fuente: Revista Oh La La!

Caro

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