domingo, 30 de noviembre de 2008

Los 7 Pecados de la Final de la Davis: de la ilusión a la desilusión

Analizando a una semana la derrota histórica de Argentina en la final de la Copa Davis, la podemos analizar en base a ciertos pecados...

Codicia: Sin dudas la derrota comenzó a la hora de elegir la sede, la pelea de intereses tanto del Gobierno de Córdoba como de la Provincia de Buenos Aires, el enojo de David Nalbandian por el no de la Federación Internacional a "su" Córdoba, la enorme inversión (sin mucho sentido) para que Mar del Plata sea elegida cuando el capitán Alberto Mancini y el líder del equipo, Nalbandian quería al Orfeo cordobés son algunas de las causas. Además de la pelea por el jugoso premio en dinero entre los jugadores...
Soberbia: Elegir una superficie nueva, rapidísima, en la cuál sólo a Nalbandian lo favorecía, tan sólo por miedo a Rafa Nadal... Pero Nadal no vino por lesión y allí comenzó otra serie: La del exceso de confianza. En el mundo nos ven a los argentinos como soberbios y agrandados, y aunque no sea siempre así esa generalización, éste fue uno de los casos dónde se notó esa falta de humildad, de respeto al rival y de creer que se ganó de antemano. Nunca nadie ganó en las vísperas y aquí sólo se fue a ver ganar a los nuestros. Este duro golpe debería servir de lección.
Lujuria: El Tenis es un deporte muy individualista y por lo tanto a los jugadores les interesa muchísimo su ranking, su éxito, su dinero. Pocos ven a la Davis como algo de equipo y no se notó que juegue por la gloria, cuando aparecen las críticas entre ellos o la pelea por el reparto de premios se ven al descubierto en su afán por sumar billetes a su cuenta bancaria, ésa que tanto aman. Juan Martín Del Potro priorizó, en justa razón, ir a Shangai a jugar su primer Masters y agudizó un poco sus molestias físicas y llegó a Mardel con poco descanso, pero por otro lado sumó grandes puntos para el ranking y una interesandte suma de dinero. Ni hablar también si, cómo se rumorea, luego de la derrota lo consoló Luciana Salazar a Juan Martín, o como le pasó a David quién, según rumores, recibió mimos de parte de Jesica Cirio, aunque del único que podemos confirmar todo es de Chucho Acasuso quién los recibió de su novia oficial Agustina Córdova...
Pereza: La dirigencia del tenis también aportó lo suyo, además del Gobierno Nacional y el de muchas provincias, al darle tan poco apoyo al deporte de la mano de la infraestructura. Es lamentable que en el país no contemos con un estadio techado y moderno que pueda albergar a más de 10.000 personas y esté apto para eventos top mundiales. Siempre hay que improvisar y si no vean el ejemplo del Parque Roca. El Gobierno de la ciudad lo construyó en tiempo récord pero así quedó... No tiene vestuarios, los jugadores deber ir a carpas cercanas. Prometieron ponerle un techo corredizo para hacerlo multiuso, pero todavía lo estamos esperando... Cualquier parecido con el Estadio Ciudad de La Plata es mera coincidencia. Debemos estar preparados y no lo estamos.
Envidia: Ver festejar a los españoles no molestó tanto cómo enterarse y darse cuenta que ellos eran un equipo en serio, que luchó contra las adversidades, que no tuvo a su mejor jugador, que David Ferrer el de mejor ranking que vino (4º del mundo) no estaba en condiciones, pero pese a todo se repusieron, se hicieron fuertes y se motivaron. No sé si entre ellos había diferencias, pero si las había no se notó. Envidiable la fuerza de equipo y el aliento de su capitán en todo momento, en cada punto. Unión de grupo es la palabra, más al ver que cuando llegaron a España en los festejos se sumaron varios de los jugadores que faltaron pero colaboraron en otras series. Mientras aquí antes y mientras se jugaba Guillermo Cañas y Juan Mónaco aprovechaban en cada nota que les realizaban para hacer saber su descontento y sus diferencias con Mancini y Nalbandian.
Ira: Da bronca perder una final y mucho más de local, tan sólo tres veces Argentina disputó una definición, aunque las chances de llegar en los próximos años está en pie, habrá que ver ahroa quién será el capitán y si nuestro mejor jugador (Nalbandian) tiene ganas de buscar revancha. El deporte siempre la da.
Gula: A Argentina dió la sensación que le faltó algo más que a España. A ellos le sobró el hambre de gloria. El amor propio y dejar todo en la cancha. Sin dudas tanto Feliciano López como Fernando Verdasco (ganadores del dobles y de sus respectivos singles) mostraron todas sus ganas de llevarse toda la gloria y lo lograron porque la historia dirá que ellos dos le dieron a su país su tercera ensaladera de plata. No quiero decir que los nuestros no tengan ese hambre porque en otras series lo han demostrado, sólo que faltó esta vez un poquito más.

Para la próxima sólo queda decir que hay que tener humildad y seriedad tanto de los hinchas cómo de parte de los tenistas. Siempre pero siempre se aprende algo de las derrotas, mejorando, tarde o temprano, se llega al triunfo.


Gustavo Lavoletta

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