lunes, 10 de noviembre de 2008

Los mitos de la felicidad

Parece que hay que tener éxito, dinero, juventud y belleza para ser feliz... son la clave de la de felicidad. En realidad si nos encerramos a buscar las cosas que sabemos (o creemos) que nos harán bien, perdemos mucho y dejamos atrás lo que de verdad nos hace felices.

Queremos desterrar los clásicos 7 mitos para alcanzar la plenitud en la vida:
1. Tener miles de pesos (dólares, euros...)
Por supuesto que tener efectivo ayuda, además los estudios demuestran que tenemos más posibilidades de ser felices si cubrimos las necesidades básicas, pero desde ahí las cosas no son lo que parecen. Las personas con ingresos mayores a la media tienden a estar más tensionadas y no pasan más tiempo realizando actividades placenteras que los que ganan menos.
No importa cuanto tengas siempre vas a querer más, esto es por el acostumbramiento materialista. Lo que te hace feliz es disfrutar de lo que tenés, invertir en actividades placenteras (como un viaje) en lugar de acumular objetos.
2. Festejar lo necesario
Festejar los grandes acontecimientos como cumpleaños, navidad, año nuevo, etc. nos hace escapar de la rutina, como si fuera lo único destacable. Entonces tus chances de alcanzar la felicidad se reducen y estancan es espacios aislados. Recordemos que la mayoría de las alegrías vienen de cosas no planeadas y más comunes. Lo que verdaderamente nos hace felices son nuestras rutinas y todos los pequeños instantes que transcurren entre esas fiestas que esperás.
3. Siempre de buen humor
Estar siempre con toda la energía, decir que todo está genial y esconder tus verdaderos sentimientos cuando algo no anda bien tiene un costo sobre tu salud mental y física. Dejar que tus estados de ánimo te guíen va a ayudarte a saber mejor lo que querés, la gente satisfecha escucha lo que dicen sus emociones y después piensa en formas de salir del pozo.
4. Tiempo libre
Suena raro, pero levantarte para ir al trabajo todos los días es más positivo que vivir en una isla desierta. La felicidad se nutre de la autoestima y el autorespeto, relacionados con la sensación de logro. Además, hacer actividades deja que disfrutes de tu tiempo libre, darle un respiro a la cabeza es necesario pero la mezcla de esfuerzo y disfrute nos hace amar la vida.
5. De fiesta en fiesta
Quizá la idea de salir de lunes alunes te parece el mejor plan para disfrutar la vida. Ok, es cierto que es divertido, pero se disfruta más si lo hacés de vez en cuando. En general, te produce mayor satisfacción una comida con amigos, un almuerzo al aire libre o una simple charla con una amiga, genera placeres a largo plazo. Si consideramos que consumís alcohol, de tanta salida cada vez necesitás más copas para alcanzar el mismo efecto... peor aún, pensá en la resaca a la mañana siguiente. Este tipo de salidas son recomendables en ocasiones extraordinarias y no como rutina indispensable para vivir la vida.
6. Vengarte como corresponde
Ajustar las cuentas con las personas que nos lastimaron puede llegar a obsesionarnos. Al contrario de lo que pensamos, vengarnos no nos hace sentir mejor, el tiempo que pasás maquinándote trae a tu mente los malos sentimientos que te causaron y te deja más ansioso y deprimido.
No tener conflictos emocionales pendientes es una condición indispensable oara ser feliz. La gente que sabe perdonar está más tranquila. Esto no significa que tenés que perdonar todo sin importar que sea, sino que te recomendamos pensar cuáles son los motivos del otro (egoísmo e inseguridad encabezan la lista), al entenderlo, te desenganchas del otro y retomás el control de la situación.
7. Ser perfecto
Cada logro que juraste era lo único que necesitabas para sentirte plena, con el tiempo sólo te deja con ansias. Para romper la espiral de la perfección, empezá a prestar más atención a lo que ya lograste, no a lo que te falta.
No se puede tener todo y la felicidad no es sinónimo de cero esfuerzo, sino que se construye día a día. Lo mejor es pensar cuáles son las cosas que querés y que te hacen feliz. Cuando ponés tanta energía en alcanzar tus metas, no tenés tiempo de parar y comprobar que llegaste.

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